Los Ronaldos sacan la lengua... más
Veinte años después de su primer concierto ante un puñado de vigueses en el extinto “Ruralex”, Los Ronaldos regresaban en abril de 2007 a la ciudad –con la que tienen una especial vinculación– dentro de la gira que conmemoró su retorno a la actividad. Un regreso certificado con el EP “Cuatro Canciones”, publicado bajo el sello Subterfuge y que nada más salir a la calle alcanzó el número 2 en las listas de ventas. Su single “No puedo vivir sin ti” enseguida fue de los más descargados en las tiendas musicales on-line.
Comparecían en la sala ‘A!’ con Gato Idiota como teloneros. Fue un encuentro emotivo tanto para el público, intergeneracional, como para los músicos. Vigo fue el primer escenario de Los Ronaldos mas allá de Madrid en aquellos tiempos de la Movida. Esa noche de diciembre de 1986 los afortunados que les escuchaban sabían que los tales Ronaldos llegarían lejos. Su directo rezumaba electricidad y buenas melodías.
De hecho, las frescas canciones de Coque Malla, el cantante; Ricardo Moreno, batería; Luís García, bajo y Luís Martín, guitarra, empezaron a sonar al poco en el “Diario Pop” de Jesús Ordovás. Fruto de aquellas maquetas surgiría su contrato con EMI. Unos meses más tarde Los Ronaldos editan sin muchas esperanzas un elepé con temas como “Ana y Choni”, “Si os vais”, “Sí, sí” o “Guárdalo”. Y funcionó.
“En aquella época había una especie de vacío en el terreno musical”, recuerda Coque Malla. “Se habían separado los grupos que destacaron durante los primeros años 80 o funcionaban ya a otro nivel mayoritario, no había mucha gente haciendo rock’n’roll en castellano como Tequila en su momento”. Además, entonces podían llevar una maqueta a la radio y darse así a conocer. “Todo ese cúmulo de circunstancias nos favoreció”, sentencia.
La consagración de Los Ronaldos fue con “Saca la lengua”, álbum que ve la luz en las navidades de 1988. Canciones como “Por las noches”, “Cuidado conmigo” y “Qué vamos a hacer” tienen la insolencia de los Rolling Stones y estribillos que canta toda una generación: “Adiós papá, adiós papá, consíguenos un poco de dinero más”... Miles de gargantas coreaban esas palabras un 1 de agosto de 1989 en el vigués Auditorio de Castrelos. Ya eran estrellas.
Mezcla y descaro
Para ellos, el éxito sobrevino gracias a que “nos atrevimos a mezclar descaradamente diferentes músicas que nos interesaban. A ello hay que añadir que comenzábamos a tocar mejor, como instrumentistas”.
“Sabor salado”, el tercer elepé, salió en junio de 1990. Por el camino se habían integrado al grupo el vigués Pablo Novoa, ex Golpes Bajos, y un trío de saxos: Arturo Soriano, Miguel Malla y Kevin Robb. El disco se grabó del tirón en Inglaterra y le sucedió otra gira plena de talento y éxito.
“Cero” (1992) e “Idiota” (1994), sus siguientes referencias, no tuvieron la misma repercusión... Mucho había cambiado el panorama del rock nacional. La parte viguesa del grupo abandonaba para unirse a La Marabunta, pero aún hubo tiempo para un directo: el “Quiero que estemos cerca” (1996). Dos años después, Los Ronaldos deciden separarse y tomar caminos diversos. Aunque aquella despedida advertía: “No cerramos las puertas a que los vientos vuelvan a unirnos”. Al final, así fue.
Publicado originalmente en VISADO (FV) el viernes 13 de abril de 2007