Rosendo: “Al rock no le hace falta estar de moda”
Rosendo visitó la ciudad de Vigo para presentar ante los medios de comunicación su octavo álbum en solitario, "A tientas y barrancas" (DRO 1998). El veterano rockero, miembro de grupos míticos como Ñu y Leño, ofrecía en agosto de ese año un concierto en el Auditorio de Castrelos. Que Rosendo está en plena forma lo demuestra la siguiente conversación.
— Defínenos tu nuevo disco.
— Hemos vuelto a la formación de trío, creo que es la característica más clara. Es lo que marca la diferencia con los anteriores, porque está hecho en el mismo sitio y con el mismo equipo. Hay un batería nuevo, Mariano Montero, y el bajista de siempre, Rafa Vegas. Se grabó en el Cortijo del Aire (Almería), un poco repitiendo la fórmula de los anteriores. Quizá la diferencia sea que las guitarras vuelven a ser protagonistas. Es más básico, más claro. Grabar los teclados y lo demás nos daba demasiada guerra para el resultado que sacábamos.
— ¿Se podría decir que vuelves a lo que has hecho toda la vida?
— De alguna manera sí. Cierto es que con los teclados me he tirado 10 años... Pero vaya, incluso pensándolo a posteriori me ha gustado escuchar el trío; los clásicos que siempre he tenido presentes eran tríos, así que inconscientemente sí he vuelto a los orígenes.
"Después de diez años con los teclados he vuelto al trío, a los orígenes"
— ¿En qué ha cambiado Rosendo desde sus comienzos?
— A nivel profesional no noto el cambio, yo que sé, no te da tiempo. Estás grabando un disco, lo terminas, te tiras a la carretera y viene el siguiente. Así no se puede ser demasiado consciente de lo que está pasando. Personalmente sí se notan los años, son inevitables y te van condicionando: unas veces para bien y otras para mal, está claro que se piede energía y elasticidad pero por otra parte se gana experiencia. A nivel social, el país sí ha dado un salto importante. Sobre todo por el rock&roll, que ya forma parte de la vida cotidiana. Lo que antes parecía un sueño imposible se ha cumplido.
— El rock mueve montañas...
— Yo pienso que sí. Siempre ha estado ahí y siempre estará, incluso en las épocas en que no se lleva o parece antiguo. El rock&roll está en la calle, los chavales se lo siguen pasando bien y no hace falta siquiera que esté de moda, ni que esté sonando en los medios.
— ¿Ha cambiado la gente que va a tus conciertos?
— No ha cambiado, se ha renovado... la plantilla. Si tuviera que vivir de la gente de mi edad que va a los conciertos, ya estaría acabado. Ahora la mayoría de los que vienen son muy jóvenes, de 20 a 25 años o aún menos. Ese quizá sea el éxito del que puedo estar orgulloso, porque estar con la gente joven es lo que te da proyección de futuro.
— ¿Con los años cuesta más o menos subir al escenario?
— Costar... Al revés, el escenario es lo que nos gusta, lo que nos mantiene y lo que nos pone las pilas. Es donde tenemos que estar.
— ¿Ves tu carrera como una progresión lineal o haces las cosas sin más?
— Procuro evolucionar dentro una línea marcada y clara desde hace muchos años, incluso se puede entender como una continuación a lo que hacía con Leño. Pero tampoco voy más lejos, hago rock&roll que es lo que me gusta y el medio de comunicación que tengo a mi alcance para decir lo que siento y quejarme de lo que me preocupa. En el aspecto técnico he llegado donde tenía que llegar, me interesa más el feeling que cualquier otra historia.
— En esta ocasión, ¿contra quién va tu nuevo disco?
— ¡Contra todo y contra todos! No, no va contra nadie. Solo trato de contar lo que tengo dentro. Eso implica despotricar, pelear contra lo que no te gusta. La filosofía del rock & roll va por ahí, es una forma de contestación, sobre todo a lo que te intentan imponer por sistema. En mi caso, es un paso más en mi profesión: llega un momento en que hay que hacer un disco y hay que hacerlo ya, te aprietas las clavijas y lo grabas.
"Estoy orgulloso de que me sigan los jóvenes, eso da proyección de futuro"
— La temática viene a ser la misma, ¿cómo haces para actualizar las canciones?
— Pues me como el tarro todo lo que puedo porque me da la sensación de que se puede notar demasiado. Eso me ha llevado a inventar una fórmula de escribir con la que lo camuflo, lo disimulo, le doy mil vueltas... No sé si despista más que otra cosa, pero la gente que lo escucha y le apetece me entiende.
— En "A tientas y barrancas" te centras obviamente en el rock&roll, pero aparece alguna concesión al rap y al reggae. ¿Son estilos que escuchas últimamente?
— No es lo que escucho por norma, lo mío es el guitarreo por encima de todo, y los clásicos. Cuando hago un disco me tiro seis u ocho meses sin enterarme de nada, ando totalmente embutido en mi historia, pero sí, inconscientemente tengo influencia de todo lo que asimilo. Al reggae le tengo mucho respeto desde hace años, tiene un feeling especial. No sé si es aventurado meterse en terrenos que no controlas o que no conoces, pero al menos debe ser permisible intentarlo.
— Eres un rockero histórico, pero no fundamentalista.
— Los fundamentalismos no me los creo... aunque están ahí y son peligrosos. Prefiero ser más que histórico, antiguo (risas).
— Se ha publicado un disco en tu homenaje, "Agradecidos", en el que participan más de una docena de grupos nacionales. Creo que no te hizo mucha gracia al principio...
— Me daba un poco de reparo pensar que me estaban haciendo viejo. Luego empecé a escuchar las versiones y cuando ves el trabajo acabado y bien presentado te sientes orgulloso, no deja de ser una cantidad de gente que se ha dejado el tiempo y la energía en algo que se supone que es muy mío.
— ¿Qué proyectos tienes?
— Estamos en la carretera presentando el material nuevo en conciertos y festivales.' En proyecto tenemos trabajar con el directo y despejarnos algo la cabeza. Queremos sacar un directo para el próximo año, eso implica ir seleccionando material, hacer un repertorio interesante para sacar un disco a poder ser doble, etcétera.
— Ya sería tu tercer álbum en directo.
— Tercero, sí, segundo en solitario pero tercero en toda mi carrera. ¡Todo un curriculum!
Entrevista publicada originalmente en FARO DEL OCIO el viernes, 26 de junio de 1998