Xoel López se consagra como el autor pop más importante de Galicia. Una sola escucha del disco que publica como Deluxe, “Fin de un viaje infinito” (Virgin), evidencia lo que la crítica clamaba unánime: he aquí un genio.
Si su primer disco en solitario “Not what you had thought” (Mushroom Pillow, 2001) daba el gran campanazo en la escena indie nacional, con el segundo “If things were to go wrong” (2002) el coruñés Xoel López 'Deluxe' volvía a sorprender facturando un tema ya clásico: “Que no”. En 2005 publica “Los jóvenes mueren antes de tiempo”, donde deja el inglés y se adentra en un estilo más personal. Ahora en 2007, por vez primera con el apoyo de una multinacional, Xoel toca techo. Su single “Colillas en el suelo” es número 1 en ventas.
— ¿Por qué “Fin de un viaje infinito”? ¿Abres una nueva etapa?
— Al contrario. Cualquier interpretación es válida, pero para mí “Fin de un viaje infinito” quiere decir que este viaje artístico y vital en el que estoy no acaba nunca. Es una paradoja. Uno termina un disco y parece algo definitivo, el fin de una etapa... Y en realidad piensas en el siguiente y en qué puedes mejorar del anterior. El viaje es circular. Puede que este disco sea una etapa, pero siempre dentro del mismo viaje: el de mi vida y mi carrera musical.
— Pasar a una discográfica multinacional es desde luego un salto importante.
— Más de cara a la galería. Para mí lo más importante no es el cambio de una indie a una multinacional, sino el hecho de que ahora trabajo con gente que coge el disco con la ilusión del comienzo. El ejemplo es el single con “caras B” que hemos lanzado. Es algo que hacía mucho al principio de mi carrera, pero que abandonamos en “Los jóvenes...” Tiene más que ver con el cariño y las ganas de hacer cosas juntos, algo que se perdió en la relación discográfica con Mushroom. En ese sentido, musicalmente he iniciado una etapa más positiva, que además coincide con un momento vital también luminoso.
"Me he visto obligado a la reflexión y a volcarme en el arte. La música es mi amor"
— ¿Qué te da esa nueva perspectiva?
— Lo vital siempre afecta a lo artístico, y en mi caso ha habido grandes cambios. Tenía una vida bastante estable en muchos sentidos y... por cuestiones de pareja... ya llevo viviendo solo un par de años. Esto me ha obligado a la reflexión sobre muchas cosas y a volcarme con el arte. La música es ahora mi gran amor.
— Se nota que has cuidado los detalles al máximo en los 12 temas del álbum.
— Es que no he hecho otra cosa prácticamente. Mi día a día ha sido volcado en la creación. He escrito todo lo que pasaba por mi cabeza, aunque no todo está en el disco, evidentemente. Hice más de cien letras. Por primera vez, más letras que melodías. Y por ello la parte lírica manda sobre la melódica. En este caso no he escrito letras para melodías ya compuestas, sino al revés.
— En el álbum destacan también todos los arreglos de coros, vientos, teclados... ¿Son posibilidades que te dio “Virgin”?
— La idea musical sale de mi cabeza, primero es la guitarra y la voz y luego sencillamente salen los arreglos. Pero sí, es cierto que esta vez he tenido presupuesto para poder meter por ejemplo vientos, algo que antes no me podía imaginar. Además he tenido la suerte de conocer en Madrid a muchos músicos.
"Todo esto ha venido de forma natural, de algún lugar extraño de la mente"
— ¿Quiénes colaboran en el disco?
Lo más bonito es que ha sido todo casual. Por ejemplo Alejandro Pelayo, de Marlango, vino a traernos una especie de xilofón, iba a dejármelo para que yo lo tocara pero al ver el instrumento le pedí que lo hiciera él. Con Pablo Novoa también fue algo muy casual, le comenté que estaba grabando y si podía meter alguna guitarra y colabora en dos canciones, “A un metro de distancia” y la que da título al disco. Con Miguel, de Maga, hablábamos de hacer un grupo de versiones para pasar el tiempo libre, y al final le pedí su voz para un tema. Fue muy bonito ver cómo cada uno aportaba su granito de arena. Colabora también Sara Íñiguez, del grupo Rubia, me encantó su voz para unos coros.
— Tus inicios en la Elephant Band eran claramente rockeros, más adelante te vas hacia el “indie”... pero este disco es difícil decir “a qué suena”.
— Pues estamos igual, cada vez me cuesta más reconocer mis influencias. Creo que uno se va haciendo a base de pequeñas vivencias y luego se va descubriendo... En la música, cuando empiezas conoces pocos grupos y es claro que te influencian, pero después de ocho discos (entre 2 de Lovely Luna, 2 con Elephant Band y 4 de Deluxe), ya no sé si el tema viene de Beatles, de Neil Young, de Van Morrison o de cosas que escuchaban mis padres como Serrat. Hay quien ha reconocido en mis canciones a Nino Bravo, yo no tengo discos de él, pero lo escuchamos de niños en la radio o en televisión, igual que a Aute, Sabina... se quedan en el subconsciente y de alguna manera influyen. Todo esto ha venido de forma natural, de algún lugar extraño de la mente. Y me gusta más así.
— Respecto a las letras, da la impresión de que te han servido para sublimar algunos miedos. Cantas: “Si miras hacia arriba puedes tropezar y te puedes caer / y si miras hacia abajo ten cuidado”.
— Sí, hablo del miedo, pero sobre todo de la prudencia. El miedo no es de cobardes, sino de los valientes. El miedo no puede parar a un valiente; le hará ser prudente. Creo en la prudencia. La vida juega malas pasadas, no siempre es oro todo lo que reluce. Son cosas que aprendes y de las que sacas conclusiones tras reflexionar mucho. Por ejemplo “Ver en la oscuridad” habla del tiempo, del pasado y el futuro. Quiero decir que tenemos la mala costumbre de ver la felicidad en el futuro y el pasado, nos cuesta más ver que tenemos un buen momento justo delante. Otra canción, “Gigante”, llama a “tener cuidado y esperar”, y me gusta mucho también que cada uno lo interprete a su manera. Lo bonito del pop es precisamente eso.
— Otro de los temas dice: “Bienvenido al mundo del ensayo y el error / al tiempo del amor y de la llaga”.
— Quiero decir que la vida es todo, lo bueno y lo malo; hay cosas maravillosas y otras que duelen. La clave está precisamente en entender que la vida es así: no es una mierda ni una maravilla, sería ingenuo pensarlo.
— Te ha salido un trabajo filosófico.
— Me gusta entender por qué uno se siente bien o mal en un momento. La vida sólo se vive una vez y hay que aprender de ella. También creo que es mi deber como compositor. Para hablar de banalidades ya hay mucha música por ahí. Tampoco son cosas complicadas, todos lo pensamos alguna vez.
Internet para seguir “el flujo de canciones”
La creatividad de Xoel López desborda los límites del disco que vio la luz el lunes 26 de marzo de 2007. Por ello “Fin de un viaje infinito” se complementará con canciones distribuidas por Internet a partir del 26 de abril, una vez al mes, en su página web (www.xoel.com) y la tienda online iTunes. “Por qué no aprovechar las posibilidades de la red”, explica el artista gallego, “para dar un flujo continuo de canciones, porque realmente un disco es algo bastante irreal, en el sentido de que son sólo 12 temas de los 40 ó 50 que has podido componer en dos años”. Xoel avanza que estas piezas en la red serán “cosas casuales, en acústico o con la banda, y alguna versión”.
En directo
La gira de presentación de “Fin de un viaje infinito” se va a poner en escena con 7 músicos. La gran novedad de la banda es la inclusión de saxo y trompeta, “lo que le va a dar un toque muy soulero”, comenta Xoel tras iniciar los primeros ensayos en Madrid, donde residen los miembros del grupo. Aun sin fechas concretas, es seguro que Deluxe tocará en los festivales más importantes del país. También pasará sin duda por Vigo, ciudad que para Xoel es “una segunda casa, ya que mi agencia de management desde hace más de 10 años es La Fábrica de Chocolate”.
Publicada originalmente en VISADO (FV) el viernes, 23 de marzo de 2007
