Lori Meyers presentaba en 2006 su segundo disco largo “Hostal Pimodan”, un trabajo que después del aplauso general a “Viaje de Estudios”, provocó un inesperado cambio de discográfica de los de Loja. Diferencias irreconciliables con el sello Houston Party Records derivaron en su fichaje por La Incubadora, una división independiente de la multinacional Universal, donde les han reeditado el álbum, con la portada y el libreto que ellos querían, y varias nuevas canciones recién grabadas. Charlamos con el batería de la banda, Alfredo, horas antes de su partida a Galicia desde Granada.
– Siendo un grupo muy joven (la media es de 22 años), habéis pasado por bastantes experiencias como músicos. ¿Podrías hacer un breve resumen?
– Empezamos con 15 años, más que nada porque en el pueblo no había mucho que hacer. Como la música nos inquietaba, decidimos montar un grupo, aunque los instrumentos y el local eran prestados. A los 4 días dimos nuestro primer concierto. Nos inspiraba el rock americano de los 90: Stone Temple Pilots, Nirvana, Dinosaur JR, NoFX... y enseguida nos pusimos a componer temas propios. Luego nos metimos en la época de los 60 y 70 gracias a los discos que tenían nuestros padres en casa. Tocábamos todos los fines de semana en el mismo bar hasta que dimos el salto a Granada, donde gente de Los Planetas, Lagartija Nick o Cecilia Ann nos acogieron como a unos hijos adoptivos. Cuando ya nos empezábamos a hartar de no ver ningún fruto, un miembro de Houston Party nos pidió una maqueta y le encantó. Fue una sorpresa todo lo que se vivió después.
– Ahí ya teníais las canciones del LP “Viaje de Estudios”, del que la afición “indie” no dejó de hablar durante meses.
– El éxito nos sorprendió muchísimo, hubiéramos dado un brazo por la mitad de lo que conseguimos entonces. Lo único que pretendíamos era sacar un poco la cabeza en este mundillo, ni siquiera vender... fue un “boom” en muchos aspectos, la prensa respondió, la gente venía a los conciertos y sabía las canciones. Para nosotros fue lo más grande, fue un lujo.
– ¿Qué pasó después?
– Hicimos una gira muy intensa, casi 80 conciertos por todas las salas de España. Pero empezamos a tener problemas con la discográfica. Nos metimos a grabar y no quisieron que llevásemos una copia de lo que teníamos preparado, aquello fue muy frustrante. Ajenos a la polémica, el disco se grabó igual, aunque a la hora de editar la portada, la creatividad se puso en manos de gente ajena al grupo. Para cuando salió el disco, en octubre, ya había muy malos rollos con la discográfica. A partir de ahí estuvimos parados, hasta que se llegó a un acuerdo que creo fue lo mejor para todos.
–¿Qué lección extraéis de todo ello?
– Que cuando un músico firma su primer contrato discográfico está expuesto a coger un clavo ardiendo. Lo coges si no tienes nada, pero si luego vas creciendo, te das cuenta de que nadie tiene derecho a ponerte condiciones leoninas. Houston Party puede tener el orgullo de habernos descubierto, pero luego casi nos hunde.
– ¿Y ahora cómo os lo planteáis?
– Universal nos hizo una propuesta sincera y hemos lanzado el disco como queríamos. Igual que en el fútbol, aunque se cambie de equipo, la obligación es jugar bien. A nosotros nos interesa tocar, y a eso nos dedicaremos.
Publicado originalmente en VISADO (FV) el 12 de mayo de 2006
